12/29/2007


ATENCIÓN AMIG@S DEL PUEBLO PPD !!!

DESPUÉS DE 30 AÑOS REGRESAN A CHILE RESTOS DE CRISTINA CARREÑO, JOVEN DIRIGENTA COMUNISTA ASESINADA EN ARGENTINA .
VAYA PARA SU FAMILIA Y AMIGOS GRANDES ABRAZOS DE AMOR Y ESPERANZA DE JUSTICIA.

Restos de Cristina Carreño
son homenajeados en Ñuñoa
Fuente: La Nación

La mujer, detenida en Argentina en el marco de la Operación Cóndor, es el primer caso de una persona detenida desaparecida y asesinada en el extranjero que es regresada al país.

Un sentido homenaje se realizó esta mañana en la comuna de Ñuñoa a los restos de Cristina Carreño, detenida desaparecida en 1978 y cuyos restos fueron repatriados ayer desde Buenos Aires, convirtiéndose así en el primer caso de una persona asesinada en el extranjero y que es regresada al país.

La mujer, opositora a la dictadura de Augusto Pinochet, fue detenida en Argentina en el marco de la Operación Cóndor, torturada y asesinada en el campo de concentración Olimpo.

Según informa radio Bio Bio, al hogar de los familiares de Carreño llegaron miembros de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y simpatizantes del Partido Comunista. En la vivienda se vivieron jornadas de profunda emoción y afecto por parte de los familiares.

La hermana de Carreño, Dora Carreño Muñoz, señaló que la situación fue muy “fuerte” y que la familia se encuentra profundamente apenada.

Retirado el féretro de la vivienda, éste hará un recorrido hacia el Comité Central del Partido Comunista en Vicuña Mackenna, después se dirigirá al monumento a Salvador Allende y con posterioridad se detendrá en la calle Cummings, lugar donde se encuentra la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Carreño es la única mujer encontrada de las 79 detenidas desaparecidas chilenas por la Operación Cóndor en Argentina.


El regreso de la primera víctima chilena de la Operación Cóndor
El último vuelo de Cristina

Por Alejandra Carmona
Fuente: La Nación Domingo

Después de casi 30 años, Cristina Carreño volvió a Chile. Su cuerpo pequeño, un metro 55, comprimido en una urna de madera, cruzó la cordillera desde Argentina. Viene a encontrarse con sus hermanas y sobrinos que ya no preguntan dónde está.

Asiento 7C. Pasillo. Cristina debería haber llegado con un vestido negro y una camisa blanca. Maquillaje rosa. Con el pelo negro, escarmenado y un peinado alto que hiciera crecer su metro 55. Seguramente habría ocupado los kilos que le correspondían como viajera con un cerro de regalos para sus tres sobrinos, sus hijos putativos. En su maleta, desvencijada con tanto trajín, habría optado por acarrear libros de literatura feminista y un par de pilchas. Lo justo y necesario. Nada muy ostentoso. A Cristina no le gustaba exagerar.

La simpleza de sus 33 años sólo se quebraba cuando sonreía. Dicen que cuando Cristina sonreía, su cara se volvía tan pequeña que parecía un pañuelo, y sus labios insolentes, el mundo. Sus amigos y familiares coinciden en que la última vez que la vieron iba riendo. La última vez que cerró la puerta de su casa para partir a Europa por un trabajo de coordinación en el Partido Comunista, iba riendo. Cuando vio a su hermana Lidia por última vez, en la Clínica San Pancracio en la calle Sierra Bella, a pocos minutos de haber parido, iba riendo.


Cuando visitó a sus sobrinos con un juguete en la mano para cada uno para despedirse porque viajaría a Europa por una misión secreta del PC, también reía. Nadie sabe si cuando la lanzaron al mar, a fines de 1978, los asesinos lograron desdibujar su sonrisa. Nadie sabe si cuando su pequeño cuerpo torturado se sumergió en el agua salada del Atlántico, fueron sus labios los que la sacaron a flote y la salvaron de perderse en el fondo del mar.

UNAS BOTAS POR VIETNAM

El vuelo 462 de Lan viene completo. Por las ventanas se ve el cielo celeste y brillante. Se asoma impúdica la Cordillera de los Andes. Tiempo de vuelo: 90 minutos. Santiago registra 22 grados de temperatura. Todavía falta para llegar a destino. El reloj marca las nueve de la mañana. Temprano todavía para Cristina. Ella hubiese elegido otra hora para viajar, porque le gustaba quedarse hasta tarde en la cama, cuando podía, el resto del tiempo era irreductible.

desde Santiago ella Tenía que ser responsable, sobre todo por el "partido, sus compañeros y los trabajadores", como recuerdan sus amigos. Era una guerrillera preparada para cualquier batalla. En 1967, cuando marchó por Vietnam Valparaíso, se preparó con tiempo: se compró un par de botas de gamuza café, unas parecidas a las que su hermana Dora había traído de un viaje a la URSS. Con ellas caminó durante horas, hasta hacer pedazos las suelas.

"Cristina era una mujer tan solidaria que no pensaba en ella. Sabía que su felicidad no era completa si había otras personas, en su misma condición, que no eran felices", ha repetido Dora en discursos y entrevistas. Dora espera ahora en el asiento 7C, pasillo, que el avión toque tierra chilena. Mientras pasa el tiempo, recuerda los ojos profundos de su hermana y la angustia de su desaparición.

Era julio de 1978 y Cristina sólo hacía escala en Buenos Aires el día que fue secuestrada por agentes de la dictadura argentina. Fue la primera víctima chilena de la coordinación de los gobiernos represores de Latinoamérica, llamada Operación Cóndor. Tiempo después, su familia se enteró por otros compañeros de partido que Cristina había sido torturada en uno de los más temidos centros de tortura de Buenos Aires, El Olimpo. En cautiverio la apodaron "la chilena". Nunca abrió la boca para delatar a algún compañero. Sus captores se ensañaron. La rabia se expresó en su cuerpo pequeño que apareció inerte en una playa de La Plata en diciembre de 1978.

UN OSARIO

En el sector de carga del avión espera Cristina. Después de casi 30 años volverá a Santiago. A su casa de la calle Rosemblut, en Ñuñoa. Volverá al parrón de uvas negras, al damasco. Al familión partido en dos después de 1973. No estará su padre ejecutado político , tampoco su hermano detenido desaparecido . Pero sí sus sobrinos, los hijos de sus sobrinos. Lidia y Dora, que abrocha su cinturón para aterrizar.

En Santiago son casi las diez de la mañana. Es viernes 28 de diciembre. Parece una broma del Día de los Inocentes, pero no lo es. Después de tanta espera, Dora deja su asiento y baja a esperar el recibimiento para su hermana. Es una decena de amigos, familiares y compañeros de militancia. En un salón preparado para la ocasión se escucha la melodía sentida de las mujeres de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Una señora de unos 90 años carga un afiche con cinco fotos en su pecho. La pregunta dónde están es por cada uno de sus cinco hijos muertos. Entonces entra Cristina, con una bandera cruzada en el pecho. Su hermana Dora se pone en pie. Y la recibe. Todo lo que hay de ella está puesto enfrente: un ataúd café y pequeño donde están guardados los huesos que fueron desenterrados por vecinos de La Plata y que recién hoy llegan a sus manos.

Cristina es apenas un osario, un osario de pena upelienta: cantan "La Internacional" la Jota de Ñuñoa y sus compañeros vivos. Dora mira alrededor y ve llanto. Y ella no entiende por qué la gente llora. Por qué esto es un funeral. Por qué la pena negra si Cristina cruzó por fin la cordillera.




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7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

/ EFE
Plan Cóndor: Italia investiga posible participación de Perú

La jueza italiana Luisianna Figliolia encargada de las investigaciones preliminares del caso emitió el jueves órdenes de captura contra 140 personas entre dictadores, ministros y jefes de los servicios secretos y policía de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil, Perú y Paraguay.


¿Perú se adhirió al Plan Cóndor?, es la interrogante abierta en el país andino a raíz de la investigación judicial en Roma de la desaparición de 25 italianos entre principios de 1970 y finales de 1980, cuando proliferaron los gobernantes militares en Sudamérica.

La jueza italiana Luisianna Figliolia encargada de las investigaciones preliminares del caso emitió el jueves órdenes de captura contra 140 personas entre dictadores, ministros y jefes de los servicios secretos y policía de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil, Perú y Paraguay.

Entre los acusados figura el ex gobernante de facto de Perú, Francisco Morales Bermúdez (1975-80) y su ex primer ministro Pedro Richter Prada, lo que puso en guardia a los propios implicados y al Gobierno central, que aseguraron que en el país andino nunca se aplicó el Plan Cóndor.

La llamada Operación Cóndor fue la acción acordada por las dictaduras de Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Brasil y Bolivia para colaborar en la represión de sus opositores entre 1970 y 1990.

Un informe de la CIA -en el que se basa la acusación en el caso del fiscal italiano, Giancarlo Capaldo- señala que Perú y Ecuador se convirtieron en miembros a finales de los ochenta, según citó el diario peruano "La República" en su edición del viernes.

Además, el investigador norteamericano John Dinges, sostiene en su libro "Operación Cóndor: una década de terrorismo internacional en el cono sur", que este plan tuvo "luz verde" de EEUU y contó con la participación de Perú desde 1978.

En este contexto, se habría producido hace 27 años en Perú el secuestro y expulsión del país de la fallecida ciudadana argentina, de ascendencia italiana, Noemí Gianotti de Molfino, junto a María Inés Raverta, Julio César Ramírez y Federico Frías.

En el libro "Muerte en el Pentagonito. Los cementerios secretos del Ejército peruano", del periodista peruano Ricardo Uceda, un ex agente de inteligencia relata la historia de un operativo secreto que ejecutaron militares peruanos y argentinos para secuestrar en Lima a un grupo de montoneros.

Estas personas, entre ellas Molfino, cuya desaparición es investigada en Italia, supuestamente preparaban un atentado contra el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla durante una visita oficial a Lima para la transición democrática en julio de 1980.

En declaraciones este viernes a una emisora peruana, Richter Prada afirmó que la deportación se produjo "simple y llanamente porque ingresaron al país con pasaportes falsificados y nombres falsos y se aplicó la ley, razón por la cual fueron deportados a Bolivia, porque por allí ingresaron".

La versión de Richter se contradice con las declaraciones del propio Morales Bermúdez, quien admitió el jueves que la detención y expulsión de los argentinos había sido parte de "un seguimiento de inteligencia para que no hubiera nada en el país".

El ex dictador también aseguró que los montoneros fueron enviados a Bolivia porque no había referencias de que en esa nación existiese el Plan Cóndor, al insistir en que Perú "nunca" formó parte de dicho operativo.

Para el ex ministro del Interior y analista político Fernando Rospigliosi el "secuestro" fue "un hecho" que "contó con la complicidad del Ejército peruano", aunque puso en duda la responsabilidad de Morales Bermúdez en "ese caso específico".

Rospigliosi aseguró que en "Perú no hubo Plan Cóndor" porque en esos momentos aún no existían grupos subversivos, al coincidir también con presidente peruano, Alan García.

"De acuerdo a todas las evidencias que tengo (...) estoy muy en capacidad de decir que no hubo una acción concertada de inteligencia de la dictadura argentina que tenía otro carácter social, fascistoide, ajeno a los objetivos que aquí tuvieron los militares en su Gobierno", detalló García al referirse al período de Morales Bermúdez.

Los principales líderes políticos consideran que el ex militar golpista devolvió la democracia a Perú, ya que aceptó la conformación de una Asamblea Constituyente y las elecciones generales de 1980, en las que triunfó Fernando Belaúnde Terry.

Pero sus detractores consideran que durante su régimen, que sucedió al del también presidente de facto, el izquierdista Juan Velasco Alvarado, hubo gran cantidad de muertos por la represión contra los que exigían el fin de la dictadura.

10:01 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cristina Carreño, sin tí no habría libertad

Creciste con los ojos llenos de la pampa salitrera, el oro pálido de la tarde, el terco oficio de las horas, el recio sonido de los machos moliendo la piedra, el padre linotipista que escudriñaba con ojo avizor las diminutas letras. Se nos venia riendo Cristina, la muchacha roja, la menuda combatiente crecida en la oficina Pedro de Valdivia, donde se dormían las canciones en la fogata insurrecta de Recabarren y Laferte, asomando el silabario lacre de la rebelión.

Cuando la patria traicionada, hacia agua por los cuatro costados, y el discurso perdía valor dando paso a la acción valiente y decidida, unos pocos asumían la condición de la pólvora, esos pocos signados por el dolor y el fuego. Hasta esa estatura no llegan los simuladores; por ello nuestra Cristina, acerada y noble, se daba en las calles tejiendo la orgánica proletaria, esquivando leopardos asesinos.

No sólo recibíamos su palabra fundamental. No sólo nos visitaba su fuego revolucionario. Asistía clandestina las casas que resistían la demencia milica, ataviada con su hermosa juventud y su risa, con su convicción granítica y su fervor intacto. Su padre había sido asesinado en la Academia de Guerra de la Fach y ese profundo dolor, acicateó su compromiso, agigantó la rebeldía.

Su trabajo político en la resistencia al régimen dictatorial puso énfasis en la solidaridad con los presos políticos y perseguidos. Asumía el trabajo de impedir camaradas silenciados, perdidos en socavones y subterráneos de piedra. Había que extremar las fuerzas, arrancar de los corvos a la gente humilde.Detenida a los 33 años en Buenos Aires, Argentina en 1978 por el vil e impune comando conjunto, en la llamada “Operación Cóndor” de los aparatos represivos de las dictaduras del Cono Sur, fue torturada en varios centros detención y lanzada al mar. Las aguas devolvieron su cuerpo y amaneció en una playa el año 2005, en las costas de La Plata. Sus familiares no descansaron jamás en su búsqueda y hoy 30 años más tarde Cristina Carreño vuelve a su patria.

Los imprescindibles no mueren y tú lo fuiste Cristina Carreño. Volverás a caminar por Los Guindos, la vieja comuna de árboles generosos poblados de pájaros. En la algazara de su fiesta de trinos y graznidos pasearás con tu abrigo lacre, relampagueando por las calles del ayer. Tu aliento fecundará las canciones, el poema popular, los recuerdos. Los dueños del poder, olvidaron que la lucha la dieron los valientes; por ello es el triunfo de tu risa, de tu vida, de tu combate. Nada pudo silenciarte y vuelves para quedarte, como ayer, como siempre.

Cristina Carreño, sin ti no habría libertad.



Nano Acevedo
www.nanoacevedo.scd.cl
www.sitmuch.cl
http://nanoacevedo.blogspot.com

10:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20071230/pags/20071230221800.html
Lunes 31 de diciembre de 2007


Por Jorge Escalante
Sala Penal de la Suprema dejó libres a autores de 22 secuestros de Parral, VII Región
Caso de quemados con fósforo en Dignidad quedó impune
Resolución del tribunal dejó sin sanción uno de los crímenes más espeluznantes cometidos durante la dictadura y provocó desesperanza e indignación entre los familiares de las víctimas.

El último "regalo de Pascua" de la Sala Penal de la Corte Suprema tiene a los familiares de los 22 desaparecidos de Parral con la sensación de que lucharon 30 años para buscar justicia, pero no lo lograron.
El ministro Alejandro Solís había condenado a presidio a los autores de los secuestros con desaparición -17 años al coronel de Ejército (R) Hugo Cardemil Valenzuela, 10 años al coronel (R) de Carabineros Pablo Caulier Grant y 7 años al suboficial (R) de Carabineros Luis Alberto Hidalgo-, pero los cinco ministros de la Sala Penal rebajaron las condenas iniciales y los dejaron libres.
Pese a que a Cardemil lo sentenciaron a 5 años y a Caulier a 4 años -Hidalgo había sido absuelto por la Corte de Apelaciones de Santiago-, la Sala Penal les concedió "libertad vigilada".
La nueva "rebaja Suprema" -como ha sido calificada la sistemática reducción de condenas a los violadores de derechos humanos- tiene una especial connotación pues fue aplicada en uno de los casos más espeluznantes.

EN EL FUNDO
Los 22 detenidos fueron sacados, entre septiembre y octubre de 1973, desde la cárcel de Parral y el retén de Catillo en la VII Región, conducidos a la Escuela de Artillería de Linares, donde servía Cardemil, y desde allí llevados a Colonia Dignidad.
Allí los mataron con ayuda de los alemanes y los sepultaron en una fosa clandestina. A fines de 1978, por instrucción de Pinochet, Paul Sch fer ordenó "limpiar el fundo". Los cuerpos fueron desenterrados, metidos en sacos, quemados con fósforo químico y las cenizas arrojadas al río Perquilauquén. La operación la encabezó Gerhard Mücke, como el mismo lo reconoció ante el ministro Jorge Zepeda.

LOS OTROS AUTORES
De esta manera, los ministros de la Sala Penal, principalmente los magistrados Rubén Ballesteros y Nibaldo Segura -jueces partidarios del perdón absoluto a los criminales del régimen de Pinochet-, dejaron en total impunidad uno de los episodios más conmovedores y masivo del pasado sistema opresor.
Los jueces Hugo Dolmetsch, Jaime Rodríguez y el abogado integrante Juan Carlos Cárcamo dejaron las condenas para Cardemil y Caulier en 5 y 4 años respectivamente, pero les concedieron la libertad vigilada. Ballesteros y Segura estuvieron por absolver totalmente a los autores, pues son partidarios de la amnistía y la prescripción por el paso del tiempo y de desconocer tratados y convenciones de la legislación penal internacional que condena los delitos de lesa humanidad.
Agrupaciones nacionales de familiares de desaparecidos y ejecutados, abogados querellantes y los parientes de las víctimas de Parral han comenzado a manifestar su indignación por esta nueva resolución de la Sala Penal.
Ya anteriormente lo hicieron, protestando ruidosamente por otros casos ante las puertas de este tribunal.
Familiares de las víctimas de Parral viajarán a Santiago en los próximos días para protestar por esta decisión, en contra de la que ya no caben más recursos.
La ola de rebajas a las condenas en este tipo de juicios tendrá todavía su punto más álgido cuando el presidente de esta sala, Alberto Chaigneau, se retire en enero próximo al cumplir 75 años. En muchas oportunidades Chaigneau ha inclinado con su voto la balanza a favor de hacer justicia real por los crímenes del régimen militar, aunque también ha dado su visto bueno para rebajar sustancialmente algunas condenas.
Quien suceda a Chaigneau será vital para brindar mayoría en uno u otro sentido.

MÁS Y MÁS IMPUNIDAD.

6:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por lo menos, que es mucho, el Gato Escalante los sigue teniendo bien puestos.


¡Tírame la eme, Gato!

6:46 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=10007&Itemid=46


Perú: Extensiones a la Operación Cóndor



escrito por Ángel Páez   
martes, 08 de enero de 2008

Lima.- Investigaciones que se llevan a cabo en Italia y documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos prueban que Perú no fue ajeno al Plan Cóndor, concebido en los años 70 y 80 para reprimir y eliminar opositores de varios países sudamericanos. Documentos desclasificados del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos confirman que el ex dictador peruano Francisco Morales Bermúdez (1975-1980) consintió la captura en Lima de cuatro presuntos miembros del movimiento armado argentino Montoneros en un operativo concertado entre agentes del Batallón 601 de Argentina y del Servicio de Inteligencia del Ejército peruano (SIE).

La jueza de Roma, Luisianna Figliolia, pidió a fines de diciembre la detención de 140 personas de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay para juzgarlas por la desaparición de 25 ciudadanos italianos en el marco del Plan Cóndor. Uno de los investigados es Morales Bermúdez.

Dos de los cuatro montoneros capturados en Lima ostentaban ciudadanía italiana.

"Asumo mi responsabilidad política" por aquella detención, declaró Morales Bermúdez al conocer la noticia. Pero negó que Perú haya formado parte del Plan Cóndor, una coordinación de las agencias de inteligencia de las dictaduras militares sudamericanas que en los años 70 y 80 compartían información y ejecutaban operaciones conjuntas para liquidar a presuntos subversivos.

La condena de hasta 25 años de prisión emitida el 18 de diciembre por el juez argentino Ariel Lijo contra ocho ex altos mandos del Batallón 601 de Inteligencia del ejército de ese país se basó en parte en documentos secretos del Departamento de Estado, desclasificados por la institución no gubernamental estadounidense National Security Archive.

Esos documentos muestran que Perú tomó parte del Cóndor.

Agentes del Batallón 601 se trasladaron a Lima en junio de 1980, un mes antes de que Morales Bermúdez entregara el poder al presidente elegido, Fernando Belaúnde Terry.

En coordinación con agentes peruanos, los argentinos buscaban capturar a un grupo de presuntos montoneros que planificaban una reunión importante en Lima.

El investigador estadounidense John Dinges, autor del libro "Operación Cóndor: Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur", logró hacer público otro documento respecto de la participación peruana.

Se trata de un memorando fechado el 14 de abril de 1978, suscrito por el jefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI) de Chile, coronel Jerónimo Pantoja Henríquez, que consigna las coordinaciones con el servicio de inteligencia militar peruano como parte del Cóndor.

"Los peruanos definitivamente formaron parte del Plan Cóndor. Los militares lo niegan, pero, según las evidencias que encontré, sí tuvieron participación", había dicho en su momento Dinges a este corresponsal de IPS.

Según Morales Bermúdez y su ex primer ministro Pedro Richter, también requerido por la jueza Figliolia, Perú no podía formar parte de ese plan porque en esa época había desconfianza con el gobierno de Chile, país que encabezó el Cóndor.

"Ese no es un argumento válido porque Argentina y Chile, y Bolivia y Paraguay también tenían problemas y sin embargo hicieron operaciones en conjunto", sostuvo Dinges.

En su opinión, "es lógica la participación peruana porque Morales Bermúdez, después de abandonar el modelo socializante del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975), quiso hacer un gobierno militar más tradicional, lo que implicaba restablecer las relaciones con los otros gobiernos militares, como el chileno y argentino. Y efectivamente así fue".

El operativo del Batallón 601 en Lima se ejecutó entre el 9 y 15 de junio de 1980. Se inició a partir de la detención en Argentina de Federico Frías, quien, luego de incontables torturas, decidió colaborar con los agentes argentinos.

Lo trasladaron a Lima después de que reveló que en esa ciudad se llevaría a cabo una "cumbre" montonera dirigida por el líder Roberto Perdía. Como resultado del operativo, fueron detenidos Noemí Gianetti de Molfino, integrante de la asociación humanitaria Madres de Plaza de Mayo, María Inés Raverta y Julio César Ramírez.

La hija de Noemí Gianetti, Marcela Molfino, y su yerno, Guillermo Amarilla, habían sido secuestrados y desaparecidos.

Gianetti de Molfino, Raverta, Ramírez y Frías fueron entregados entonces a militares bolivianos y nunca más se los vio con vida. El cadáver de la primera apareció poco después en un hotel de Madrid, el 21 de julio de 1980.

Uno de los documentos desclasificados, fechado el 19 de junio de 1980, demuestra que el operativo argentino-peruano-boliviano encaja con el modelo de cooperación del Plan Cóndor.

Es un reporte del responsable de la Oficina Regional de Seguridad (RSO, por sus siglas en inglés) de la embajada de Estados Unidos en Argentina, James B. Blynstone, remitido al embajador Raúl Castro.

"El lunes 16 de junio de 1980, la RSO se reunió con un miembro del servicio de inteligencia argentino. (…) Fue durante esta conversación que la fuente señaló que el (Batallón) 601, con la cooperación de la inteligencia militar peruana, detuvo a cuatro argentinos en Lima, Perú. (…) Los cuatro sujetos son importantes miembros de la jerarquía de los Montoneros. La situación actual es que los cuatro argentinos detenidos en Perú serán expulsados a Bolivia de donde a su vez serán expulsados a Argentina. Una vez en Argentina serán interrogados y permanecerán desaparecidos. La fuente señaló que (el Batallón) 601 tenía un buen récord apresando terroristas que habían escapado de su país y se preparaban para reingresar". El operativo afectó las relaciones entre las dictaduras de Perú y Argentina, porque pudo escapar Gustavo Molfino, quien acompañaba a su madre Noemí Gianetti y consiguió denunciar el caso.

El escándalo afectó a Morales Bermúdez y al dictador argentino Jorge Rafael Videla, quien buscó responsables entre los oficiales del Batallón 601.

Las peleas intestinas en el grupo represor están descritas en otro documento. El 21 de agosto de 1980, un funcionario de la sección de asuntos políticos de la embajada de Estados Unidos en Argentina, Townsend B. Friedman, informó a su cancillería de una entrevista secreta que sostuvo con un alto oficial de la inteligencia argentina.

El contacto le informó sobre las dimensiones del problema surgido por el caso de los cuatro detenidos: "(El coronel Luis) Arias Duval y (el coronel Julio César) Bellini (Bellene) parecen estar tratando de culpar a (coronel Waldo Carmen) Roldón (Roldán) por los secuestros de montoneros en Perú como un juego de poder contra Roldón (Roldán)", escribió Friedman.

Arias Duval y Roldán fueron sentenciados en diciembre a 25 y 23 años de prisión respectivamente, por haber participado en operativos de secuestro y asesinatos en 1980.

Al coronel Bellene la muerte lo salvó de la sentencia unas semanas antes, el 23 de noviembre.

Ahora toca a los socios peruanos del Batallón 601 responder por los hechos ocurridos hace 27 años.

El presidente peruano Alan García podría convertirse en un obstáculo. Al conocerse el pedido de arresto de la jueza italiana, respaldó al ex dictador Morales Bermúdez y anunció que se opondría a un eventual pedido de extradición.

1:22 p. m.  
Blogger Unknown said...

La verdad todo lo que tenga que ver con siglas como:
PPD.
DC
RN
UDI
PC
Toda clase politica me es indiferente especialmente a esos estupidos que lo unico que hacen es decir ,la dicatura bla bla bla.
no me crie en el gobierno de pinochet asi ke no opino,pero si en los actuales y al igual que los que han pasado mi conclusion es la misma.
SON UNA MANADA DE LADRONES ,SINVERGUENZAS,CORRUPTOS Y FALTOS DE MORAL.
ES MI OPINION

12:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080113/pags/20080113105543.html

Domingo 13 de enero de 2008  | 10:56


/ EFE

"Operación Cóndor": confirman cacería de chilenos en Brasil

Documentos demuestran que servicio secreto pidió captura de exiliados chilenos Adriana Leticia Padín Villegas, Fernando Garrido Manzol y Oscar Mateluna Peña.

Dos documentos del servicio secreto de la dictadura brasileña (1964- 1985) revelan que Brasil persiguió exiliados chilenos y argentinos en la llamada"Operación Cóndor", aplicada por los gobiernos militares en el Cono Sur, informa hoy la prensa.
El diario Folha de Sao Paulo tuvo acceso a los dos documentos enviados, uno en 1976 y otro en 1977, por el Servicio Nacional de Información (SNI) al Departamento del Orden Político y Social (DOPS), ambos organismos de la dictadura.
En esa época el director del SNI era el general Joao Baptista Figueiredo, a la postre el último dictador brasileño (1979- 1985). Su nombre ya había sido citado como el responsable de la "Operación Cóndor" en Brasil por el periodista estadounidense John Dinges, en el libro "Los años del Cóndor".
Uno de los ex ministros de Figueiredo, Jarbas Passarinho, admitió en una reciente entrevista con el diario de mayor circulación del país que Brasil, "efectivamente, participó de la operación".
La historiadora María Aparecida de Aquino, especialista en los archivos del DOPS en Sao Paulo, resaltó la importancia de los dos documentos, donde el SNI pide la captura de chilenos y argentinos.
"Ellos ayudan a reconstituir la posible participación de Brasil en ese caso. Por medio de textos como esos se pueden descubrir más detalles y hacer preguntas que antes no se hacían", apuntó la profesora de la pública Universidad de Sao Paulo (USP).
Uno de los documentos pide informaciones sobre los chilenos Adriana Leticia Padín Villegas, Fernando Garrido Manzol y Oscar Mateluna Peña, la primera abogada y los otros dos miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
El otro documento con el rótulo de "confidencial", sin nombres y fechado el 27 de diciembre de 1977, pide investigar a "todos los argentinos sospechosos de nexos con movimientos subversivos".
Tres años después, los argentinos Horacio Domingo Campiglia y Lorenzo Ismael Viñas, ambos con nacionalidad italiana y considerados miembros del grupo revolucionario "Montoneros", desaparecen en Brasil.
Esas y otras 23 desapariciones de italianos, llevó a que la jueza de Roma Luisianna Figliolia expidiera 140 órdenes de detención de ciudadanos latinoamericanos, entre ellos ex dictadores y militares responsables de la "Operación Cóndor" en los años 70 y 80.

9:48 a. m.  

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