HA LLEGADO CARTA
DE TALCAHUANO :

DE GUILLERMO VALDÉS MARDONES

Señor Director “EL SUR “
Para quienes más de una vez hemos participado en política, no nos es muy difícil entender algunas actitudes y formas de actuar en este campo de quienes participan en la “clase política”. Y quiero referirme al artículo publicado en la edición dominical de su diario, “Alcaldes Caudillos”. En realidad el siglo político se inicia por un marcado caudillismo politiquero.. Los tenemos en todos los ámbitos de la actividad política, en las regiones no podíamos estar ausentes de estos especimenes, O sea el caudillo local. Este es un animal político y por instinto sigue las pautas escritas en El Príncipe de Maquiavello, sin haber leído nunca este libraco. Entonces, siguiendo esas pautas tenemos lo que en nuestra fauna nacional llamaríamos “el cacique político”, que no tienen ninguna relación con el noble cacique de nuestras etnias. Este cacique (caudillo) es alguien que sabe mentir, que es agradable, que deja afuera cualquier tipo de principios con tal de conseguir su máximo interés: el poder. El primer paso del cacique es dominar o controlar las asambleas partidarias.
Para controlar los partidos políticos el caudillo local debe invertir, debe ser un “pillín”, se trata de juntar y movilizar en torno suyo a unos cientos de desempleados e inscribirlos como militantes con la promesa de ayudarlos a encontrar trabajo, acomodarlos en programas asistenciales y de allí competir internamente. Con este contingente de incondicionales se pueden ganar elecciones internas, se ubican a miembros de este clan en puestos claves, en la dirigencia comunal, regional y nacional, y así se pueden asegurar designaciones como candidatos alcalde, a concejal a diputados y senadores. Lo importante es que hay que cuidar a este pequeño grupo con favores y recursos, para que funcione como una aceitada maquina.
Además esta cacique –caudillo hace lo imposible para mantenerse en la cresta de la ola,o sea en la retina de los ciudadanos. Receta: Pan y Circo. Siempre listo para la foto de portada.Opina hasta el ridículo, con palabras rebuscadas o copiadas de sus mentores nacionales.Su regla de vida es evitar los discursos serios, no llama a reuniones y evita los discursos y temas profundos, es teatrero,”lloroso” ante las desgracias ajenas, le llueven las críticas, pero él no hace caso.Pueden ser detractores de alta alcurnia o de medio pelo,pero él no se hace cargo de nada, sabe que la plebe no navega en Internet.El caudillo no usa la web,lee poco, no debate,ve mucha tele,le gusta el fútbol y como mariscales y mayonesa “Light”.
Tampoco olvida que las “oncecitas” son una formula buena;es popular sacarse fotos con alguna viejita de la “pobla” o de la punta del cerro y mover su colita al son de Giolito y su Combo.¡ Esta si que es vida política!
Todo vale para el caudillo, pero lo mas importante es hacerse el gil, no contestar a las críticas, callar haciendo oídos sordos, solo hay que cuidar a esa familia de leales amigos y amigos de sus amigos, ¡ al fin dependen de él! Los “peces gordos”,algo así como los “pavos jureles” ,casi todos ex ministros, ex alcaldes, ex diputados, los necesitan, y los caudillos lo saben, estos caudillos nacionales venden su alma por un voto,negocian en función de garantizar una máquina electoral para sus propios intereses.
Cualquier semejanza no es casualidad, ojala que los medios de comunicación ,los ciudadanos entiendan de una vez por todas que NO necesitamos caudillos políticos , sino LIDERES POLITICOS.

GUILLERMO VALDÉS MARDONES