ESCRIBE JUAN CARLOS VEGAS...
Militante PPD
ESCRITO CON VERGUENZA
“El propósito de mover papeles con sellos y timbres de un lado para otro no es resolver problemas, sino atascar soluciones”
Isabel Allende
Escritora
Son tiempos engorrosos para todo el mundo. El exceso de información circundante hace que cada uno de nosotros nos veamos sometidos a un “tsunami” de datos permanentes que nos hace a todos difícil ver el bosque, pues nunca falta el árbol que se nos cruza en el camino. Es por ello que casi todos vivimos preocupados frente a lo que Humberto Eco llamó “el saber escoger” entre tanta información, pues de lo contrario, y casi siempre, terminamos siendo víctimas de nuestra propias debilidades frente a la enorme cantidad de noticias que nos rodean (la cantidad y no la calidad de información), y el poco tiempo que disponemos para asimilarlas (Eco ditxi). He allí un problema real y practico para todos hoy en día, y para los que estamos en política, más aún.
Esta elemental reflexión me ha estado rondando el alma desde que me enteré, no sin profunda vergüenza y al igual que muchos compatriotas, del “escándalo de Chiledeportes y la empresa Publicam” Cuestión que ha dejado a pocos indiferentes, mas no siempre por iguales motivos. Y en este sentido mis motivos son tan particulares como los de todos aquellos que han terciado en esta discusión pública, y que nos guste o no, nos tiene involucrados hasta los huesos, sobre todo a los pepedista, aunque también por razones disímiles.
En los que a mi respecta, opinaré en mi calidad de militante de base del partido, y si lo hago, es porque es allí, en las bases misma de nuestra organización, donde estoy viendo con preocupación como muchas compañeras y compañeros están escurriendo el bulto de fondo en esta rencilla que parece ir, ya sin rubor, del sainete al drama, en menoscabo de la poca credibilidad que todavía pueda quedarnos frente al país como organización llamada por la historia reciente a jugar un papel siempre más digno y trascendente..
Lo primero que diré al respecto es que nadie puede llamarse al asombro de lo que se acaba de “descubrir” En La Concertación hay corrupción desde hace rato, y esta está enquistada en las altas esferas del poder y casi siempre avalada (¿o alcahueteada?) por esos mal llamados “dirigentes de turno” Como si el hecho de ser dirigente político hoy en día tuviera más que ver con turnos farmacéuticos que con las funciones propias de un liderazgo nacido y reconocido entre pares. Hay corrupción en toda la política chilena, desde la izquierda hasta la derecha. Desde la Iglesia a los militares. Desde el patrón al dirigente sindical. Y el que diga que no es un mentiroso.
Ahora bien, seamos serios y respondámonos lo siguiente: ¿ha sido distinto todo este basural alguna vez en este pobre país pobre del que somos destinatarios? ¿O es que este es un fenómeno recién llegado a las costas de la patria, y nuestra exquisita y culta prensa libre liderada por El Mercurio (El Mercurio siempre miente), lo ha descubierto por mera casualidad? ¿Acaso nadie en la Concertación y en la derecha ignoran, por ejemplo, que en Codelco cualquier Gerente de medio pelo exige su 10% a los proveedores para aprobarle una compra? Vamos, dejémonos de boludeces. Dejémonos de hacerle el juego a la derecha que está feliz con el escándalo, porque le trae réditos políticos, pero nadie en ese sector comenta ni por casualidad que detrás de todo funcionario público corrupto siempre hay algún empresario privado que lo sostiene.
Ya basta que nuestros militantes en particular y nuestros aliados en general sigan escurriendo el bulto en relación a un drama que nos afecta por igual, y que nos expone a todos al escarnio público por culpa de unos pocos que perdieron hace rato el norte de su tarea como representantes de valores supremos y compartidos, y que por lo tanto no son patrimonio de nadie en particular, sino de todos los ciudadanos y ciudadanas decentes de este país y particularmente del los miles de militantes del PPD que creen y siguen creyendo en este proyecto progresista que tanto bien le ha hecho a Chile desde su fundación.
Entonces que nadie se llame a engaño: el cáncer de la corrupción está presente en la esencia misma de la humanidad, y no hay ninguna razón para pensar que los chilenos somos la excepción a la regla. Por lo tanto hay que cuidarse como sociedad y como conglomerado político, y el único antídoto contra esta maldición es la transparencia a toda prueba. No dejemos que el vicio de la malversación de fondos públicos le haga a La Concertación y a Chile lo que ha hecho a tantos pueblos hermanos en el continente. Matemos esa hidra ahora y entre todos, y así aseguraremos un mañana digno y fértil para los que vienen.
Es por ello que esta crisis me alegra de sobremanera. Es por ello que no me asusta “el que dirán” ni los ventiladores encendidos de algunos personeros que no pueden ver más allá de su ego. Pero si de ego se trata, cada militante de este partido sabemos por experiencia propia que nuestros Barones y Baronesas no han escatimado esfuerzos para conducirse y conducir al PPD con esa prepotencia tan clásica del chileno de hoy. Esa suficiencia que nos alejo hace rato del Chile austero y más noble de nuestros padres y abuelos, donde el discurso y el hecho tenían cierta correspondencia ética que hoy no abunda, precisamente, pero que tanta falta nos hace. Sin ir más lejos, nuestros barones (perdón), nuestros dirigentes saben tanto y de todo que los militantes hemos terminado por ser algo casi accesorio. Y si no me creen, vean ustedes la cantidad (no calidad) de cargos que mantienen para sí casi toda la Nomenklatura pepedista al interior y exterior del partido. Y cuando eso pareciera no serles suficiente, le agregamos a cuanto familiar y compadre se les cruce por ahí, generando y alimentando con ello una cultura de la perversión de la función política (y pública) que sin mayor análisis, nos ha terminado llevando a este callejón estrecho y oscuro en el cual estamos en el PPD, y del que no somos responsables la inmensa mayoría de los honestos militantes de nuestra sentida organización. Porque vamos a ser claros, compañeras y compañeros, este entuerto vergonzoso por el que estamos pasando no habría sucedido, si en nuestras instancias máximas de poder partidario hubiese habido mayor diversidad representativa, y donde no fueran los mismos de los últimos lustros los que se pagan y dan el vuelto a cada rato.
“¡Ah! Pero eso esta en los estatutos” me dirán algunos. Es cierto. Entonces cambiemos los estatutos. Que este Consejo Nacional que comienza la próxima semana siente un precedente único en la historia del partido, haciendo un gran acto de constricción política ante el país. Reconociendo que nos equivocamos. Reconociendo que pudimos hacerlo mejor. Y demostrando con hechos nuestra firme voluntad de cambio. Para ello propongo, sin menoscabo de otras iniciativas particulares o colectivas, lo siguiente:
-que nuestros Consejeros voten por establecer de inmediato que ningún militante del partido puede tener más de un cargo de representación popular o interna al mismo tiempo. De darse el caso, debe renunciar a uno de ellos.
-Ofrecer sin demora el voto a nuestros militantes residentes en el exterior, pues chilenos y pepedistas somos todos, independientemente donde se viva.
-Votar también por que nuestros Secretarios a cargo de las distintas Secretarías del partido sean electas por el Consejo Nacional a través del voto directo y secreto de los Consejeros Nacionales, con el fin de ofrecer así una cara más democrática y menos sectaria del partido frente al país, pues para nadie es un secreto que los actuales Secretarios del partido, personalmente respetables, por cierto, no expresan para nada la voluntad política de los miembros activos de dichas Secretarías.
-Rehacer el padrón de militantes del partido desde enero del 2007, a objeto de reconstruir nuestra imagen pública desde la base. Es decir, no importa cuantos quedemos a partir de entonces, lo importante en que esteremos todos los que realmente estamos interesados en reflotar la dignidad y el honor de un partido que merece un mejor destino para sí y para su militancia más abnegada.
-Llamar sin demora para el año 2007 a un congreso Ideológico para definirnos como el partido Socialdemócrata por excelencia en Chile, prestos para afrontar los desafíos que ya están sobre nosotros y que no podemos ni devenimos eludir.
En síntesis, queridas compañeras y compañeros del PPD. Mi intención no es otra que no dejar que nuestras autoridades y algunos militantes complacientes intenten escurrir el bulto. Aquí somos todos culpables por (casi) igual: Nuestros dirigentes, independientemente de la tendencia, por no haber sabido parar a tiempo los errores particulares y colectivos de nuestro partido. La militancia toda por no haber actuado a tiempo en casos de dudosa acción política a lo largo del país, dejando en manos de los menos el resguardo de nuestra moralidad pública y nuestros valores partidarios, olvidando con ello que el PPD es de todos nosotros. Olvidando que el PPD es de Chile y de La Concertación, y es a ellos a quien nos debemos sin cortapisas de ningún tipo.
Invito entonces a todos los militantes del país a aprovechar la coyuntura crítica y delicada que vivimos en el partido, para decirles a los responsables de dirigir al PPD. que estaremos vigilantes y a la expectativa. Vamos a decirle también a nuestras autoridades que el rumbo que tomó el PPD no nos gusta a los miles y miles de militantes decentes que tiene el partido. Que ellos son nuestros mandatarios para acordar una salida adecuada y justa, pero que no esté reñida con la ética política que nos dio la razón de ser y servir a Chile. Que somos un partido con responsabilidades de Gobierno y nuestra Presidenta, Michelle Bachelet confió en el PPD y que no la podemos defraudar. Que somos aliados de una coalición política exitosa y que queremos seguir siéndolo. Que la base del PPD siente vergüenza de todo lo que ha pasado y que debemos pedir perdón al país y a nuestros militantes y que esto jamás volverá a ocurrir. En fin, que el PPD da la cara y no se esconde en tecnicismo para enfrentar los problemas que nos afectan. Y, por sobre todo, decirles a nuestras autoridades que mantenemos intacta nuestra voluntad de servir a Chile. Que nuestros sueños más caros todavía nos guían en el cotidiano hacer de la política contingente y que el PPD reafirma su rol de aliado de lo más pobres, de los emprendedores, de la cultura, de las minorías excluidas, de los pueblos originarios pacifistas y de la clase media progresista en general. Somos parte del alma de Chile y es allí donde queremos seguir estando. Por lo tanto que cualquier salida que sólo tenga por norte “mover y timbrar papeles” es absolutamente contraria a la voluntad de la militancia de base del PPD
Fraternalmente
JUAN CARLOS VEGAS
Miembro de la Secretaría de Relaciones Internacionales
Miembro del Comunal Providencia
Militante PPD
ESCRITO CON VERGUENZA
“El propósito de mover papeles con sellos y timbres de un lado para otro no es resolver problemas, sino atascar soluciones”
Isabel Allende
Escritora
Son tiempos engorrosos para todo el mundo. El exceso de información circundante hace que cada uno de nosotros nos veamos sometidos a un “tsunami” de datos permanentes que nos hace a todos difícil ver el bosque, pues nunca falta el árbol que se nos cruza en el camino. Es por ello que casi todos vivimos preocupados frente a lo que Humberto Eco llamó “el saber escoger” entre tanta información, pues de lo contrario, y casi siempre, terminamos siendo víctimas de nuestra propias debilidades frente a la enorme cantidad de noticias que nos rodean (la cantidad y no la calidad de información), y el poco tiempo que disponemos para asimilarlas (Eco ditxi). He allí un problema real y practico para todos hoy en día, y para los que estamos en política, más aún.
Esta elemental reflexión me ha estado rondando el alma desde que me enteré, no sin profunda vergüenza y al igual que muchos compatriotas, del “escándalo de Chiledeportes y la empresa Publicam” Cuestión que ha dejado a pocos indiferentes, mas no siempre por iguales motivos. Y en este sentido mis motivos son tan particulares como los de todos aquellos que han terciado en esta discusión pública, y que nos guste o no, nos tiene involucrados hasta los huesos, sobre todo a los pepedista, aunque también por razones disímiles.
En los que a mi respecta, opinaré en mi calidad de militante de base del partido, y si lo hago, es porque es allí, en las bases misma de nuestra organización, donde estoy viendo con preocupación como muchas compañeras y compañeros están escurriendo el bulto de fondo en esta rencilla que parece ir, ya sin rubor, del sainete al drama, en menoscabo de la poca credibilidad que todavía pueda quedarnos frente al país como organización llamada por la historia reciente a jugar un papel siempre más digno y trascendente..
Lo primero que diré al respecto es que nadie puede llamarse al asombro de lo que se acaba de “descubrir” En La Concertación hay corrupción desde hace rato, y esta está enquistada en las altas esferas del poder y casi siempre avalada (¿o alcahueteada?) por esos mal llamados “dirigentes de turno” Como si el hecho de ser dirigente político hoy en día tuviera más que ver con turnos farmacéuticos que con las funciones propias de un liderazgo nacido y reconocido entre pares. Hay corrupción en toda la política chilena, desde la izquierda hasta la derecha. Desde la Iglesia a los militares. Desde el patrón al dirigente sindical. Y el que diga que no es un mentiroso.
Ahora bien, seamos serios y respondámonos lo siguiente: ¿ha sido distinto todo este basural alguna vez en este pobre país pobre del que somos destinatarios? ¿O es que este es un fenómeno recién llegado a las costas de la patria, y nuestra exquisita y culta prensa libre liderada por El Mercurio (El Mercurio siempre miente), lo ha descubierto por mera casualidad? ¿Acaso nadie en la Concertación y en la derecha ignoran, por ejemplo, que en Codelco cualquier Gerente de medio pelo exige su 10% a los proveedores para aprobarle una compra? Vamos, dejémonos de boludeces. Dejémonos de hacerle el juego a la derecha que está feliz con el escándalo, porque le trae réditos políticos, pero nadie en ese sector comenta ni por casualidad que detrás de todo funcionario público corrupto siempre hay algún empresario privado que lo sostiene.
Ya basta que nuestros militantes en particular y nuestros aliados en general sigan escurriendo el bulto en relación a un drama que nos afecta por igual, y que nos expone a todos al escarnio público por culpa de unos pocos que perdieron hace rato el norte de su tarea como representantes de valores supremos y compartidos, y que por lo tanto no son patrimonio de nadie en particular, sino de todos los ciudadanos y ciudadanas decentes de este país y particularmente del los miles de militantes del PPD que creen y siguen creyendo en este proyecto progresista que tanto bien le ha hecho a Chile desde su fundación.
Entonces que nadie se llame a engaño: el cáncer de la corrupción está presente en la esencia misma de la humanidad, y no hay ninguna razón para pensar que los chilenos somos la excepción a la regla. Por lo tanto hay que cuidarse como sociedad y como conglomerado político, y el único antídoto contra esta maldición es la transparencia a toda prueba. No dejemos que el vicio de la malversación de fondos públicos le haga a La Concertación y a Chile lo que ha hecho a tantos pueblos hermanos en el continente. Matemos esa hidra ahora y entre todos, y así aseguraremos un mañana digno y fértil para los que vienen.
Es por ello que esta crisis me alegra de sobremanera. Es por ello que no me asusta “el que dirán” ni los ventiladores encendidos de algunos personeros que no pueden ver más allá de su ego. Pero si de ego se trata, cada militante de este partido sabemos por experiencia propia que nuestros Barones y Baronesas no han escatimado esfuerzos para conducirse y conducir al PPD con esa prepotencia tan clásica del chileno de hoy. Esa suficiencia que nos alejo hace rato del Chile austero y más noble de nuestros padres y abuelos, donde el discurso y el hecho tenían cierta correspondencia ética que hoy no abunda, precisamente, pero que tanta falta nos hace. Sin ir más lejos, nuestros barones (perdón), nuestros dirigentes saben tanto y de todo que los militantes hemos terminado por ser algo casi accesorio. Y si no me creen, vean ustedes la cantidad (no calidad) de cargos que mantienen para sí casi toda la Nomenklatura pepedista al interior y exterior del partido. Y cuando eso pareciera no serles suficiente, le agregamos a cuanto familiar y compadre se les cruce por ahí, generando y alimentando con ello una cultura de la perversión de la función política (y pública) que sin mayor análisis, nos ha terminado llevando a este callejón estrecho y oscuro en el cual estamos en el PPD, y del que no somos responsables la inmensa mayoría de los honestos militantes de nuestra sentida organización. Porque vamos a ser claros, compañeras y compañeros, este entuerto vergonzoso por el que estamos pasando no habría sucedido, si en nuestras instancias máximas de poder partidario hubiese habido mayor diversidad representativa, y donde no fueran los mismos de los últimos lustros los que se pagan y dan el vuelto a cada rato.
“¡Ah! Pero eso esta en los estatutos” me dirán algunos. Es cierto. Entonces cambiemos los estatutos. Que este Consejo Nacional que comienza la próxima semana siente un precedente único en la historia del partido, haciendo un gran acto de constricción política ante el país. Reconociendo que nos equivocamos. Reconociendo que pudimos hacerlo mejor. Y demostrando con hechos nuestra firme voluntad de cambio. Para ello propongo, sin menoscabo de otras iniciativas particulares o colectivas, lo siguiente:
-que nuestros Consejeros voten por establecer de inmediato que ningún militante del partido puede tener más de un cargo de representación popular o interna al mismo tiempo. De darse el caso, debe renunciar a uno de ellos.
-Ofrecer sin demora el voto a nuestros militantes residentes en el exterior, pues chilenos y pepedistas somos todos, independientemente donde se viva.
-Votar también por que nuestros Secretarios a cargo de las distintas Secretarías del partido sean electas por el Consejo Nacional a través del voto directo y secreto de los Consejeros Nacionales, con el fin de ofrecer así una cara más democrática y menos sectaria del partido frente al país, pues para nadie es un secreto que los actuales Secretarios del partido, personalmente respetables, por cierto, no expresan para nada la voluntad política de los miembros activos de dichas Secretarías.
-Rehacer el padrón de militantes del partido desde enero del 2007, a objeto de reconstruir nuestra imagen pública desde la base. Es decir, no importa cuantos quedemos a partir de entonces, lo importante en que esteremos todos los que realmente estamos interesados en reflotar la dignidad y el honor de un partido que merece un mejor destino para sí y para su militancia más abnegada.
-Llamar sin demora para el año 2007 a un congreso Ideológico para definirnos como el partido Socialdemócrata por excelencia en Chile, prestos para afrontar los desafíos que ya están sobre nosotros y que no podemos ni devenimos eludir.
En síntesis, queridas compañeras y compañeros del PPD. Mi intención no es otra que no dejar que nuestras autoridades y algunos militantes complacientes intenten escurrir el bulto. Aquí somos todos culpables por (casi) igual: Nuestros dirigentes, independientemente de la tendencia, por no haber sabido parar a tiempo los errores particulares y colectivos de nuestro partido. La militancia toda por no haber actuado a tiempo en casos de dudosa acción política a lo largo del país, dejando en manos de los menos el resguardo de nuestra moralidad pública y nuestros valores partidarios, olvidando con ello que el PPD es de todos nosotros. Olvidando que el PPD es de Chile y de La Concertación, y es a ellos a quien nos debemos sin cortapisas de ningún tipo.
Invito entonces a todos los militantes del país a aprovechar la coyuntura crítica y delicada que vivimos en el partido, para decirles a los responsables de dirigir al PPD. que estaremos vigilantes y a la expectativa. Vamos a decirle también a nuestras autoridades que el rumbo que tomó el PPD no nos gusta a los miles y miles de militantes decentes que tiene el partido. Que ellos son nuestros mandatarios para acordar una salida adecuada y justa, pero que no esté reñida con la ética política que nos dio la razón de ser y servir a Chile. Que somos un partido con responsabilidades de Gobierno y nuestra Presidenta, Michelle Bachelet confió en el PPD y que no la podemos defraudar. Que somos aliados de una coalición política exitosa y que queremos seguir siéndolo. Que la base del PPD siente vergüenza de todo lo que ha pasado y que debemos pedir perdón al país y a nuestros militantes y que esto jamás volverá a ocurrir. En fin, que el PPD da la cara y no se esconde en tecnicismo para enfrentar los problemas que nos afectan. Y, por sobre todo, decirles a nuestras autoridades que mantenemos intacta nuestra voluntad de servir a Chile. Que nuestros sueños más caros todavía nos guían en el cotidiano hacer de la política contingente y que el PPD reafirma su rol de aliado de lo más pobres, de los emprendedores, de la cultura, de las minorías excluidas, de los pueblos originarios pacifistas y de la clase media progresista en general. Somos parte del alma de Chile y es allí donde queremos seguir estando. Por lo tanto que cualquier salida que sólo tenga por norte “mover y timbrar papeles” es absolutamente contraria a la voluntad de la militancia de base del PPD
Fraternalmente
JUAN CARLOS VEGAS
Miembro de la Secretaría de Relaciones Internacionales
Miembro del Comunal Providencia
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